Tras varios meses de preparación específica para estar en plenas facultades físicas en la fecha de la carrera, llegó el momento de hacer realidad el sueño de participar en ésta gran prueba internacional, la segunda edición de la “COSTA BLACA BIKE RACE”

Una prueba UCI de carácter internacional, con lo más granado del pelotón internacional de MTB, en el que al ser año olímpico, los corredores profesionales, tenían que estar al 100% para conseguir los puntos que necesitaban para Rio 2016.

‎CBBR2016‬

La participación del equipo segoviano CD Con Mi Apoyo, estaba formada por Julio Mateo y Carlos Puerto, dos ciclistas amaters que pretendían realizar ésta prueba como reto personal y mostrar el nombre del equipo y los valores que representan.


El miércoles 27 de enero, según los planes previstos, llegamos al hotel de concentración de todos los equipos y organizadores; un amplio complejo especializado en equipos deportistas con todo tipo de instalaciones,  “El Complejo turístico Albir Garden Resort”

Recogida de dorsales, instalación en el apartamento correspondiente y rápidamente a rodar por la zona de la playa para estirar piernas tras el viaje.

Cena  y briefing donde nos recibieron de manera oficial y mostraron todos los detalles de la primera etapa, Benidorm – La Nucia, un recorrido de 45km con 1421mts de desnivel positivo, con tres zonas técnicas. 

Amanece el jueves 28 con un cielo despejado y una temperatura de lo más suave. Tras madrugar para desayunar con tiempo y hacer la digestión sin problemas, nos preparamos y ponemos rumbo a la playa de Poniente en Benidorm donde será el inicio de la etapa.

En pleno paseo marítimo está colocado el arco de salida y toda la infraestructura que ello conlleva, un marco incomparable para un primer día de MTB

Al estar en la categoría “Elite nacional” nos colocamos en el segundo cajón y allí comienza nuestra aventura. Estamos rodeados por todas partes de auténticos apasionados de éste deporte, parejas masculinas, femeninas, mixtas y por delante nuestro, los “PRO” los que vienen a ganarse el pan.

Muchos nervios en la primera salida, que “dicen” es neutralizada y cuando dan el pistoletazo, la gente empieza a salir como rayos, nos adelantan por todas partes y en la primera subida, vemos ya lejos, muy lejos a los primeros que suben como si fuera bajada, ¡qué velocidad!

Pronto salimos del asfalto para pisar tierra y con ellos los primeros senderos, subidas técnicas y atascos. Nos vamos colocando cada uno en nuestro sitio, pero muy a menudo, demasiado, ponemos el pie a tierra por la cantidad de gente que quiere pasar por los embudos y también pronto, nos llevamos el primer susto de la jornada, una pequeña caída a la que acompaña un pinchazo. Reparamos pronto y volvemos a la marcha, y sobre todo a la concentración.

Todo el día está repleto de zonas muy muy técnicas tanto de subida como de bajada, pero vamos disfrutando a cada pedalada que estamos, por eso estamos allí, para disfrutar, aprender y vivir una gran experiencia.

Lamentablemente, la nota negativa del día, la puso un cazador, que se entretuvo en quitar, cambiar y esconder las señales del recorrido, lo que provocó múltiples pérdidas de los corredores, gracias a los GPS nosotros pudimos corregir a tiempo un cruce y realizamos el recorrido completo en algo más de tres horas.

Un gran sabor de boca al llegar a meta y haber pasado la primera de las cuatro etapas.

Después, lo que se convertiría en rutina diaria: comida, descanso, masaje, descanso, cena, breafing y a dormir.

La organización y sobre todo los jueces UCI, lamentaron el echo ocurrido y dieron a todos los corredores el mismo tiempo de llegada.

 


Para el segundo día, viernes 29 de enero, también estaba previsto el boicot en alguna de las zonas del recorrido pero por suerte, no fue así y todo transcurrió sin problemas y una excelente organización. El día amaneció algo encapotado y con las temperaturas más frescas. 

Tuvimos que trasladarnos en nuestro vehículo a la población de Finistrat, donde se encontraba la salida y llegada del día; un recorrido circular de 43km y 1431 mts de desnivel positivo.

Bonita localidad con impresionantes subidas.

La salida volvió a ser a “fuego” por las calles de la localidad y pronto comenzamos a subir por una pendiente bastante elevada, donde el pelotón pronto se puso en fila de uno para llegar a las zonas de tierra.

Un recorrido por preciosos senderos y con zonas muy técnicas de bajada. Nosotros seguíamos conservando las fuerzas que podíamos, ya que eran muy nuevas las sensaciones de correr varios días seguidos, así que volvimos a intentar gastar lo justo, aunque es un decir, porque eran recorridos rompe-piernas, donde en ningún momento se podía bajar la guardia y coger un respiro. Algo menos de tres horas nos llevó completar la jornada. 

En ésta ocasión, todo transcurrió sin problemas técnicos ni caídas y la llegada a Finistrat por una impresionante subida de asfalto, puso la guinda a la segunda jornada.


Rutina diaria y esperando al duro y exigente tercer día, donde la organización resumió de “etapa de extrema dureza” con rampas del 24 y 31% . Etapa reina de la CBBR con 78 km y 2776 mts de desnivel positivo.

Tanto la salida como la llegada se realizaron en la población de Polop.

El nerviosismo se respiraba en el ambiente y el miedo a la jornada estaba muy presente en todos los ciclistas.

La salida, como no podía ser de otra forma, picaba para arriba y muy pronto entramos en senderos duros y complicados. La jornada empezaba a desgastar desde el km. 0

La organización movilizó a todos los voluntarios, motoristas, agentes de seguridad para que todo discurriera con total normalidad, y gracias a ello, pudimos disfrutar de una etapa dura, muy dura, no solo por el desnivel y kilómetros, sino por la complejidad y dureza en las bajadas, donde la gran exigencia técnica era poco para transitar por algunas zonas.

La temperatura fue la ideal y en ningún momento sentimos frio ni calor.

La motivación de estar allí hizo que tirásemos de todas las fuerzas que nos quedaban y poder completar la jornada en unas cinco horas y media, eso sí, al llegar a meta, pudimos saborear un poco más el pastel de la tarta y ya solo estábamos a siete kilómetros de completar el sueño. 


La cuarta y última etapa era una contrareloj de 7 km, con salida desde el mismo hotel de concentración y llegada al pie de los repetidores de la Sierra Gelada, pocos kilómetros pero de una exigencia extraordinaria. Rampas que ponían los pelos de punta y que gracias a ser el último día y los ánimos del público apostado en ambos flancos del recorrido, hicieron que aunque sufriendo más de la cuenta, llegásemos a completar el recorrido en algo más de treinta minutos. 

El premio final estaba allí, en lo alto de la montaña, pasado el arco de meta. Un gran abrazo final y a deleitarnos del majestuoso paisaje que divisábamos todos los allí presentes.

 

 


 

Agradecer el apoyo de nuestro gran equipo que estuvo detrás de nosotros cada segundo del viaje, cada minuto de entrenamiento y cada hora de sufrimiento.

A Bicicletas Melero por su increíble trabajo prestado.

A nuestro patrocinador principal "Monterrubio Correduría de Seguros" y colaboradores "Chiefs, Moda Calzado", "Ar Asesores", "Fundación Caja Rural", "CP La Conquista" y "Café Bar Punto de Encuentro" por los cuales estamos presentes en todas las pruebas del calendario.

A nuestros familiares que son los que sufren nuestro sufrimiento y horas de entrenamiento en silencio.

Y a lo que representamos: "La defensa de los derechos de los menores con discapacidad en Segovia y su provincia".